lunes, 25 de agosto de 2008

“Quien Pudiera Transformar el Aula “

Mtra. E. S. María Guadalupe Villegas Tapia.


Anhelan los seres humanos ser mejores,
Indagando en este mundo aquello que les muestre el sendero
Buscando en las flores su perfume, en los animales su ternura
Y en sí mismos los valores que los hacen diferentes y humanos.

No hay lugar en donde no los busquen, lo hacen en la montaña más alta,
Lo hacen en las faldas de los volcanes, en las islas, en las sierras,
En desiertos y ciudades, en los camiones, en el metro, en las calles pero ellos están ahí, donde tan sólo tú sabes que los encontrarás.

Pocas veces nos asomamos ahí adentro, porque cuando lo hacemos se agitan los mares, el viento sopla con fuerza, y laten los corazones.

Pero si tan sólo resistiéramos un poco, podríamos ver entre este caos las siluetas de ellos que nos piden responsabilidad y honradez.

Los podríamos ver flotando entre la espuma, oír a través del viento
Después ya en la calma nos susurrarían pidiéndonos amor
De ese amor que al darlo sin reserva, no lo devolverían al doble
Porque con ellos la vida, puede llamarse vida y no muerte.

Si de ese amor, que se esparce por todo tu cuerpo y procura hacer el bien del que ofrece ayuda, que aleja el egoísmo, del que tienes en tus manos.
Si de ese amor que cree en el otro y que no sabría el sitio donde habita, pero que tú sí sabes y qué eres capaz de dar, que fluye de tu ser como rayos de sol.

Cuando te has asomado y comienzas a quedarte en ellos, una y otra vez a diario, en cualquier lugar, en cada momento en cada instante podrás asomarte a otro lugar, muy conocido por ti, desde hace tiempo.
Fuiste a él desde pequeño, también gozaste con un garabato colorado.

No me digas que no recibiste aliento, también has compartido con amigos,
Pero también te ha costado una lágrima, o algún anhelo frustrado
Ya sabes de que lugar te hablo, es el aula, esa, que reconoces fácilmente
Porque desde tus primeros años de niñez no ha cambiado.

Pero ahora tú que has tenido el privilegio de asomarte a donde habitan los valores.
No podrías dejar intacta, ni silla, ni mesa, ni pared, ni pizarra ni cosa material.
Mucho menos el corazón y la mente del o la adolescente que a diario llegan
Con un ansia de aprender, nutrir su mente y su espíritu.

Te has preguntado maestro si tienes el derecho, después de haberte asomado
Por un instante al lugar de los valores, si puedes vivir sin actuar
Tú tienes parte de la llave, úsala, transforma el aula
Continúa asomándote al umbral de los valores y no te olvides de que fuiste niño.

En tus ojos se nota la ilusión de ser alguien distinto,
Ese ser que rema contra la corriente
y que intentará transformar el aula e ir en busca de lo nuevo
Aunque tenga por barrera a un sistema que lo estrangula
¡Pero no mata!

Revista Mexicana de Orientación Educativa, 2003.

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